Este es un post sobre ideas. Puede ser buen momento para pensar en las compras de una manera más reflexiva de lo habitual.

Cuando sales a comprar puedes ir con una idea fija de lo que necesitas. También de una forma más abierta sabiendo que te gustaría comprarte algo.

En el primer caso tus intenciones condicionarán en gran medida lo que veas en los escaparates. Si buscas un abrigo, por ejemplo, el resto de cosas es probable que te pasen desapercibidas.

En caso de ir más a la aventura, es posible que te fijes en algo que capte tu atención y pienses que podría ser eso lo que te encaje. Seguramente, aunque no lo notes, es algo que va con tu estilo, si no es difícil que lo aceptes como posibilidad.

Un par de zapatos nuevos

Aunque te haya “entrado por el ojo”, tendrás que pasar a la tienda y probártelo, notar cómo te sienta, cómo te ves con ello.Puede que ya de entrada te encaje, pero para algunas prendas como algunos zapatos, es necesario un poco más de uso hasta que se acomodan.

Pasado un tiempo no es sólo que los notes cómodos o no, llega un momento que parece que forman parte de ti. No sé si has pasado por la experiencia de probarte unos zapatos nuevos del mismo número y modelo que unos que has usado durante un tiempo y notar la diferencia. A eso me refiero, cuando tus zapatos te encajan como una mano en un guante, como si formaran parte de ti.

Hay una habilidad importante con los zapatos y cualquier tipo de ropa una vez adquirida: saber qué ponerte en cada momento, saber cuándo es apropiado usarlo y cuándo no lo es, es importante.

Aceptar que unos zapatos pueden ir con tu estilo, probártelos y usarlos lo suficiente para acomodarlos hasta finalmente sentirlos uno con tu pie, como integrados… es un proceso que sueles seguir aunque no seas muy consciente de ello.

 

El placer de estrenar ideas

Lo que está detrás de esto son nuestras teorías aprendidas sobre cómo funcionan o cómo son las cosas. Teorías que limitan mucho el escaparate disponible de la vida y que no siempre son atinadas.

Quizás ha llegado el momento de probar un cambio de estilo, salir al mundo más abierto a probarse algunas ideas nuevas, nuevas formas de comprender las cosas. Aceptar la posibilidad de que puede haber otras comprensiones tan legítimas como la nuestra.

Hacer esto desde un punto de vista racional no es suficiente. Además de comprobar su validez y utilidad, te las tendrás que probar, vivirlas, sentirlas, sin olvidar que algunas pueden necesitar un poco de uso para acomodarlas. Finalmente y con el tiempo, si te encajan, las integrarás.

No es algo que necesariamente tengas que hacer con todo, pero

Eso sí ¡no seas cansino! como con la ropa hay momentos para usarlo y momentos para no usarlo… Comprender cuáles son esos momentos es una gran habilidad.

Este es el marco mental que te propongo para las publicaciones de esta temporada y anteriores. Puede que algunas te encajen de entrada pero es posible que no suceda con todas. No las rechaces sin más. Cuestiona su utilidad, chequea si encajan en la realidad y al menos pruébatelas, quién sabe cómo te sientan…

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