Si hay un término usado en el mundo de management y el desarrollo personal este es sin duda el de zona de confort. ¡La tan recurrida zona de confort no existe como tal!
Una de las dificultades que muchas personas se encuentran cuando se les prescribe salir de la zona de confort es que no saben de donde salir…eso sin contar que salir o abandonar son términos que pueden tener cierta connotación de perdida, algo que se agrava además cuando, si sales, no sabes tampoco donde ir.
El término zona de confort es una metáfora para hacer referencia a lo que nos resulta familiar y cotidiano. Por eso y porque de alguna manera nos es útil o nos lo fue, tendemos a repetirlo.
En DBM ® tenemos muy clara la utilidad de las metáforas: cuando necesitamos comprender algo y no tenemos distinciones suficientes como para describirlo recurrimos a algo que se le parezca, una metáfora.
La metáfora no es la realidad y los cambios auténticos sólo se dan en la realidad.
Es más fácil de lo que parece describir lo que ocurre cuando hablamos de zona de confort. Cuando aprendemos a hacer algo que de manera exitosa nos permite cubrir nuestras necesidades, lo repetimos una y otra vez. Nos resulta cómodo.
Además, nos han inculcado que fallar es fracasar y el término fracasar lleva implícita una connotación negativa. Nos acostumbramos así a llevar una vida mediocre instalada en nuestras rutinas.
Resulta gracioso porque para los robots la zona de confort no es mala, de hecho, es donde se desenvuelven con “naturalidad”: están programados con el “conocimiento” necesario para cumplir de forma exitosa con su cometido.
Lo mismo sucede con las ovejas y hablo en el sentido literal de la palabra. Disponen de conductas que no necesitan aprender porque están “programadas” genéticamente, son los instintos. Podemos decir que las ovejas y por supuesto otros animales viven perfectamente instalados en su zona de confort. Las conductas que han sido valiosas para la supervivencia en una generación permanecen en la siguiente.
Pocas personas desarrollan un sentido de estar participando en su propia vida y se hacen cargo de esa responsabilidad.
Algunos prefieren pensar que los demás no se darán cuenta, pero hay personas que lo notan y sobre todo lo notas tú…
En DBM ® aprendemos miles de distinciones y muchos modelos descriptivos de la realidad para que como seres humanos llevemos una vida “premium” y eso no tiene que ver con la riqueza ni con las posesiones sino con llevar una vida satisfactoria en la que sientes la responsabilidad de ser partícipe de tu destino. La otra opción es que tu vida pase por ti. Ahora que lo sabes, tú decides…
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