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MAY, 2017

Empatía, empatía… ¡ser empático pa ná es tontería! ¿Es siempre buena la empatía?

Cuando vayas a poner en práctica esta extraordinaria habilidad, asegúrate de saber lo que estás haciendo y con qué fin. En caso contrario puede llevarte únicamente a sentirte mal. Y como diría el humorista: “sentirte mal pa ná, es tontería”.

Cuestionar las bondades de la empatía en el mundo del desarrollo personal, podría parecer un sacrilegio.

El diccionario de la R.A.E. describe la empatía como: “la participación afectiva y por lo común emotiva de un sujeto en una realidad ajena”. Existen acepciones más simples, como la idea sencilla de ponerte en el lugar del otro. Otras van más allá e incluyen el hecho de entenderlo, de tratar de comprender lo que pasa por su mente pero no desde nuestra perspectiva, sino intentando pensar como piensa él o ella, con sus creencias, valores etc.

Parecería tonto cuestionar las bondades de esta habilidad. El hecho es que cuando algo se vuelve tan popular, corre el riesgo de deslizarse hacia versiones descafeinadas y no siempre tan efectivas.

Hoy parece obligatorio ser empático en todos los ámbitos y aquí viene la cuestión: ¿empático con qué fin?, ¿para qué?

Existe la creencia de que un mal compartido es menos malo, pero es mentira. Si una persona está mal, comparte su mal sentir y la otra persona se siente mal también, ahora tienes dos personas sintiéndose mal. ¿Dónde está el beneficio? Puede  que quien comparte sus problemas sienta un alivio momentáneo cuando nota que alguien le comprende pero más allá de eso no suele servir de mucho e incluso podría ir en detrimento de la relación si el único fin es compartir el mal sentir.

Desde niños nos inculcan las bondades de compartir. Compartes tus chuches con los amigos y cada uno tenéis unas pocas… No funciona así cuando compartes lo mal que te sientes. En parte porque la gente, aunque predica, no practica la empatía. Si alguien te dice que entiende cómo te sientes, difícilmente será verdad. Como mucho habrá activado una experiencia similar a la tuya y habrá conectado con el sentir que experimentó entonces. Pero él, no es tú y ahí está el asunto. Tendrá su sentir pero ni idea del tuyo.

La empatía es una herramienta de comprensión importante, cuando está funcionando correctamente no sólo comprendes cómo se siente la otra persona, comprendes también cómo ha llegado a sentirse así, a producir o crear ese sentir.

Ahí está la base de su utilidad, porque si llegas a comprender cómo ha llegado a crear ese sentir, habrás conectado profundamente con la otra persona y podrás ayudarle a crear una realidad más potenciadora. De eso se trata.

No es fácil hacer esto de forma natural como algunos promulgan. Requiere un entrenamiento sistemático. Es modelar a la otra persona, meterte en su modelo del mundo en la medida en que esto es posible.

Comprender sus sentimientos, implica comprender lo que piensa y cómo hace para sentirse así. Comprender sus valores, su historia personal. Hay involucrada una investigación profunda. Va más allá de un “sé cómo te sientes” después de unos pocos minutos de conversación…

Inspirado en metodología DBM® creada por John McWhirter.

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