¿Estás preparad@ para tanta emoción?
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DIC, 2017
Emociones superiores, un lujo reciente.
Casi todos los días salgo a pasear muy temprano y no hay día que no me sienta fascinado ante la belleza del amanecer.
Por mi trabajo conozco mucha gente que a esa hora ya está en el campo o atendiendo al ganado y no experimenta nada similar.
No están haciendo el pensar necesario para que ese sentir emerja. Se lo están perdiendo…
¿Te imaginas un Neandertal feliz, cautivado ante una puesta de sol o maravillado por un amanecer? ¿Te lo imaginas enamorado hasta las trancas, orgulloso por el valor demostrado por su hijo dando caza al mamut de turno, o bien invadido por un sentido de pertenencia a algo más allá de su individualidad?…
Es posible que te lo imagines, pero poco probable que se diese el caso.
Nuestro cuerpo, nuestra fisiología, no ha variado tanto en los últimos milenios, pero nuestras respuestas emocionales han evolucionado notablemente.
Poner las emociones en una perspectiva evolutiva, nos permite entrever su dinamismo y alejarnos de esa visión rígida y encorsetada que a veces se les otorga, especialmente cuando hablamos de emociones contenidas o de tener tal o cual emoción.
Las emociones que he mencionado anteriormente se clasifican, metafóricamente, como emociones superiores. Pero no hay emociones superiores o mejores que otras, simplemente son emociones que involucran más significado.
Las distinguimos así de las llamadas emociones básicas como la ira, el miedo, tristeza, alegría……
A medida que hemos ido evolucionando nuestra interacción con el mundo se ha ido haciendo más significativa y rica porque pensamos también de una forma más rica y significativa. Esto debería resaltar lo importante que es el pensar como componente estructural de las emociones.
Las emociones son más que el sentir implicado. Una emoción desprovista de su significado, queda reducida a activación en diferentes partes de tu cuerpo. Por eso los animales pueden sentir pero eso dista mucho de ser una respuesta emocional compleja.
Hacer el tipo de pensar necesario para sentir ese tipo de emociones, es más probable cuando nuestras necesidades básicas están cubiertas.
Más cerca de lo que pensamos, en muchos lugares del planeta las personas viven en condiciones extremas. Tienen que pensar antes en comer o en salvar su vida o la de los suyos. Así es más difícil poner en práctica esa manera significativa de relacionarse con el mundo, aunque no imposible.
También es el caso como decía al principio en ciertas esferas de la sociedad donde el tipo de actividad limita las posibilidades para ese tipo de pensar significativo y con ello el abanico emocional se reduce.
Esa forma de relacionarse significativamente con el mundo, necesaria para que ese tipo de emociones estén presentes, es algo que tenemos que hacer. No siempre es fácil y menos aún si no tienes las distinciones apropiadas para hacerlo.
Esa dinámica de pensar significativamente es bidireccional. Lo mismo que lo hacemos hacia donde nos gusta porque se siente bien, lo podemos llevar hacia el lado que no nos gusta tanto, porque nos hacen sentir incómodos.
Culpabilidad, vergüenza, envidia, celos, van en esta dirección. Es posible que no te gusten tanto como las que mencioné al principio, pero si las comprendes puedes apreciarlas igualmente como un lujo bastante reciente fruto de la evolución de nuestro pensar.
No hay mucho desarrollo en deshacerse de ellas, sí por el contrario en comprenderlas y desarrollarlas para que funcionen apropiadamente.
Tus emociones hablan de ti y si has desarrollado esa manera de responder a las situaciones de la vida, algo podrás aprender acerca de ti mismo. Si te deshaces de ellas te estás privando de ese beneficio…
Nuestra forma de pensar seguirá evolucionando y con ello seguirá creciendo nuestro abanico emocional… ¿estás preparad@ para tanta emoción?
Inspirado en metodología DBM® creada por John McWhirter.