Seleccionar página
El valor de lo imposible
06
oct, 2019
¡No hay nada imposible! Esa es la aseveración “infantil” que me encuentro demasiadas veces en el mundo del emprendimiento y del desarrollo personal. Esto demuestra un gran desconocimiento sobre cómo las personas creamos nuestro sentido de la realidad.
Existe muy mala prensa entorno a la idea de lo que es imposible. Para sorpresa de algunos es algo absolutamente necesario. Además, nos diferencia del resto de los animales que ni siquiera se plantean si algo es o no imposible.

Ellos disponen de instintos o conductas con las que responden, sin necesidad de aprenderlas, a lo que les presenta la vida porque las traen genéticamente imbricadas.

Otra idea motivacional que he encontrado muchas veces es que “un abejorro vuela desafiando las leyes de la física porque no sabe que es imposible”. Es un “fake” y la evidencia es el propio vuelo del abejorro.

Un abejorro vuela porque vuela, es lo que hacen los abejorros. De hecho, no se plantea cosas como cazar, por ejemplo, a pesar de que tampoco sabe que es imposible. Igualmente, un león tampoco se plantea volar y tampoco sabe que es imposible para él.

Plantearte que algo es imposible requiere una habilidad que como especie hemos desarrollado mucho más que ninguna otra, la imaginación.

Los seres humanos no nacemos con un sentido de lo que son las cosas, la realidad. Lo aprendemos a lo largo de la vida y con ello vamos aprendiendo no sólo lo que es posible, también lo que es imposible.
Mucho de nuestro proceso de socialización consiste en poner límites a lo que es posible. Dicho de otro modo, convivir consiste en aprender lo que es imposible, para optimizar la convivencia, algo que quizás estemos pasando por alto.

La gente tiende a creer que si no delinquimos más es por temor a la ley, pero no es verdad para la mayoría de las personas. Es gracias a que decidimos que algo es, para nosotros, imposible o al menos muy poco probable. Personalmente para mí es imposible matar a alguien y cometer otro tipo de delitos. Me encuentro bien con ello.

He desarrollado otras muchas imposibilidades con las que me siento perfectamente.

Durante mucho tiempo me puse límites innecesarios en base a lo que, erróneamente, consideraba imposible. El aprender cómo hacia eso, me ha permitido desarrollarme mucho más allá de lo que hubiera podido hacerlo a partir de ese eslogan simplista de que “no hay nada imposible”.

Lo fantástico de la metodología D.B.M.® es que desarrollamos distinciones descriptivas de la realidad en lugar de imponer teorías o quedarnos con frases que suenan bien. A partir de ahí el desarrollo es más fácil pero no por ello exento de esfuerzo.

Es útil distinguir lo que subjetiva y realistamente es imposible de lo que es una excusa porque no estamos dispuestos a realizar el esfuerzo.

Otras veces decidimos que algo es imposible como mecanismo de defensa ante la decepción. Nos creamos aspiraciones bajas para evitar la incomodidad resultante de apuntar más alto y arriesgarnos a no conseguirlo. Es importante comprender como hacemos esto y también comprender que, a la larga, quedarnos por debajo de nuestras posibilidades tampoco será gratificante.

También es muy útil entender los inconvenientes de dejarnos llevar por la fantasía implícita en el “nada es imposible”. A veces nos planteamos aspiraciones tan elevadas que se convierten en imposibles para nosotros, bien porque lo sean de hecho, o porque el tiempo y esfuerzo que van a requerirnos hace que no merezcan la pena y sea más útil mantenerlas en el terreno de lo imposible.

Fantasía es una distinción interesante aquí porque cuando decides que algo es imposible lo cierras como opción mientras que fantasear con ello permite ser lo suficientemente flexible como para jugar con ello. Quien sabe si en ese juego lo imposible acaba adquiriendo tintes de posible…siempre que no lo lleves demasiado lejos.

Puedes aprender a conocerte a ti mismo en profundidad o vivir una vida basada en eslóganes y frases hechas. Tú decides, pero sí es conveniente que comprendas… el valor de lo imposible.

Mi contacto +34 609 412 424 · maxi@sapiens.coach

Inspirado en metodología DBM® creada por John McWhirter.

Share This