El tema de mayor interés en la actualidad es la pandemia que recorre el planeta. Los medios de comunicación tradicionales, los mas modernos y las redes sociales están llenas de información al respecto.

Leí en cierta ocasión que las redes sociales habían democratizado la información, también han democratizado la mentira.

Se alerta mucho sobre los bulos, se nos alienta a no compartir información que no esté contrastada, pero no nos estimulan a desarrollar un criterio más certero sobre la información que hay. Podríamos desarrollar habilidades de pensamiento crítico, pero ser víctimas es más cómodo y además te permite culpar a otros.

En las diferentes redes sociales se culpa a diestro y siniestro… No niego responsabilidades, pero una de las debilidades de culpar, sin más, es que te elude de tu responsabilidad y eso siempre desempodera.

Cuando culpas centras más tu atención en quien, según tu criterio, es culpable que en la realidad del mundo y necesitamos mantener la atención en la realidad para poder cambiarla.

Dicen que esta crisis nos cambiará como sociedad, que nos daremos cuenta de que nos necesitamos y estamos abocados a la colaboración para salir de esta. Ojalá sea así, pero resultará difícil si no comprendemos que parte de la dificultad está en cada uno de nosotros, en nuestra manera natural de funcionar como humanos y especialmente cuando desarrollamos nuestro propio criterio.

Si no somos conscientes, difícilmente lo podremos cambiar. En este post que pretende ser una aportación a la convivencia y cooperación, me gustaría destacar tres aspectos fundamentales:

Exploramos el mundo lo suficiente como para concluir que tenemos razón. Estamos bien vacunados para analizar o incluso rechazar sin análisis lo que va en contra de eso, pero no para cuestionarnos lo que nos parece de cajón.

Nuestros sesgos limitan nuestra capacidad de ser críticos, con nuestro propio criterio, aunque no sea certero. También limitan nuestra capacidad para aceptar el criterio de otras personas, aunque sea más certero que el nuestro.

Esto limita mucho nuestras posibilidades de convivencia si se asientan sobre pilares como tener razón.

Si una persona ha desarrollado unas ideas a lo largo de su vida hay que entender que la persona es más que sus ideas.

Una ideología de derechas tiene fortalezas y debilidades lo mismo que una ideología de izquierdas o de centro.

Si enlazas con el punto anterior entenderás que alguien de derechas estará predispuesto a ver las fortalezas de su ideología y lo extenderá como si la ideología entera fuesen sólo las fortalezas pasando por alto las debilidades. Lo mismo hará una persona que ha desarrollado una ideología de izquierdas.

Peor aún, extendemos y concluimos que la persona es su ideología y la rechazamos sólo por eso…no parece lo mejor para la convivencia.

Hasta la persona más vil para ti será buena persona para alguien.

Concluimos que la persona es como nosotros la vemos en función de nuestra relación con ella sin comprender que sólo es nuestro criterio.

Si no somos sensibles a esto, difícilmente vamos a desarrollar una sociedad de convivencia y colaboración.

Son tres aspectos fundamentales para nuestra convivencia que iré desarrollando porque sólo comprendiendo cómo lo hacemos podremos gestionarlo y avanzar juntos hacia la construcción de una sociedad mejor.

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