Comprar no debe ser un fin sino un medio para conseguir algo que necesitamos, queremos o sencillamente nos gusta. Con este post pretendo hacerte reflexionar al respecto, para que puedas comprar o dejar de hacerlo, pero con un poco más de consciencia.

Hace unas semanas participé en una de esas charlas promocionales en las que detrás de un aprendizaje, su objetivo final es incitarte a comprar.

Tenía un discurso bastante trabajado pretendiendo activar esa necesidad de comprar. Argumentos disfrazados de ciencia y la hipótesis explícita: “comprar es un acto emocional”.

Durante la conferencia percibí la activación que el ponente pretendía y finalmente la llamada a la acción… ¡benefíciate del importante descuento si pagas ahora! No compré, porque lo noté y pude decidir.

Hay una aparente argumentación científica que relaciona comprar con felicidad. Neurociencia, circuito de recompensa, neurotransmisores y otra serie de términos con apariencia científica son el eje central de esta explicación.

Conclusión: comprar tiene un componente emocional que está por encima de nuestra capacidad racional…como si fueran aspectos totalmente independientes.

Mi sentido de la felicidad está mucho más conectado con lo que yo aporto a los demás que en lo que puedo obtener de ellos. Quizás por eso sentirme útil es fundamental en cada uno de los proyectos en los que me implico.

Muchos estudios sobre el cerebro conducen a conclusiones equivocadas sobre la mente: Una de ellas es que nuestras decisiones están predeterminadas inconscientemente mucho antes de que nuestra propia consciencia las ponga en marcha.

Esto es muy utilizado en el marketing, de manera interesada, cuando estudian nuestra forma de comprar. También es popular en el ámbito del desarrollo personal.

Refleja un gran desconocimiento sobre como funciona un ser humano y un interés en hacernos pensar que hay cosas que no podemos controlar y que lo normal es dejarnos llevar.

Otra conclusión equivocada separa lo racional de lo emocional y traslada esa idea de que, si lo sientes, tu corazón no se equivoca.

¡¡FALSO!! Tan equivocado y mal organizado puede estar tu pensar como tu sentir. Tanto se equivoca tu razón como tu corazón. De hecho, no es algo separado. Es algo que tú haces y por tanto también tu responsabilidad. No lo olvides a la hora de comprar.

Cuando vayas a comprar en estas fechas tendrás razones legítimas, o no, pero el ambiente está diseñado para estimularte a “comprar emocionalmente”.

¿Crees que comprar te da la felicidad? ¿Piensas que al comprarle algo a alguien le haces más feliz que regalándole tiempo de calidad? ¿Crees que comprar es un acto emocional e inconsciente sobre el que no tienes responsabilidad?  Nótalo y tómate unos segundos para reflexionar…

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