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La Preocupación Efectiva
02
mar, 2020
La preocupación respecto a la alerta sanitaria por coronavirus es una buena ocasión para poner a prueba nuestra habilidad para preocuparnos. Concurren una epidemia sanitaria con una “infodemia” o pandemia informativa.

La segunda te alienta a una preocupación exagerada, para algunos también interesada, que añade problemas innecesarios a los generados por la propia epidemia.

La preocupación efectiva irá dirigida con la epidemia en sí: conocer los peligros potenciales de la mano de fuentes autorizadas, tomar en consideración las medidas promovidas por dichas fuentes, formarnos un criterio en base a información contrastada, no vincular la infección a la identidad de las personas…

No es sólo nuestra habilidad para preocuparnos lo que influye en la gestión de esta realidad, pero eso es otra historia…de momento me conformaría con una preocupación efectiva…

La preocupación es ese estado de desasosiego, inquietud o temor producido ante una situación difícil, un problema etc.

Dicen que la preocupación nos genera un estado de negatividad, estrés y miedo que nos dificulta encontrar soluciones y que se convierte en patológica cuando nos preocupamos por sucesos de baja probabilidad o damos vueltas a los problemas sin resolverlos nunca.

Seré directo: la preocupación no genera nada. Esa negatividad, estrés o miedo son tu manera de responder a las circunstancias de tu vida. Esa respuesta es la preocupación.

Puedes aprender otras maneras de responder y también puedes optimizar la respuesta. En definitiva, puedes hacer una preocupación más efectiva.

A lo largo de mis años de formación en DBM® he aprendido la importancia de no deshacernos gratuitamente de cualquier cosa que nos genere incomodidad sin comprenderla a fondo.
Puedes pensar que la preocupación es algo que te pasa y te invade sin que tú participes en ello, sentirte víctima de tus preocupaciones. Eso te orienta hacia una necesidad de deshacerte de ella y si es patológica, por supuesto, tratarla.

También puedes pensar que la preocupación es algo que tú haces, que tú creas y por tanto algo que puedes mejorar. Una habilidad que puedes desarrollar y que nunca verás como una patología. Si es así, podrás usarla de manera útil. Una preocupación efectiva.

Un neonato no nace con ninguna preocupación, sino que aprende a preocuparse con la edad. La manera en la que aprenda a preocuparse determinara cómo van a ser sus preocupaciones en la vida porque, una vez aprendido, nos preocupamos inconscientemente.

Todo lo que encuentro sobre la preocupación habla de sus inconvenientes y las maneras de deshacernos de ella. Vamos a hablar de mi experiencia personal:

Cuando era joven mi salud no era una preocupación y mi peso era muy superior al actual. Estaba bien con ello porque no me preocupaba. Con el tiempo esto cambió y comencé a incluir el ejercicio y otros hábitos saludables en mis rutinas diarias. La preocupación fue útil.

Tuve un accidente de circulación en unas condiciones climatológicas adversas…la nieve y hielo en la carretera no fueron un impedimento para emprender el viaje. La falta de preocupación fue un inconveniente.

Podría darte más ejemplos de mi vida donde preocuparme fue útil y la falta de preocupación habría sido un inconveniente. También ejemplos donde habría sido más útil no preocuparme. La preocupación no es ni universalmente buena ni universalmente mala.

Lo grave era que cuando me preocupaba, además de la incomodidad de la preocupación, desarrollaba un malestar añadido que me impedía valorar sus beneficios. Hasta que aprendí a apreciarlos…

La preocupación es una señal para pasar a la acción. Entender sobre qué nos preocupamos y hacer algo útil al respecto.

No nos preocupa el pasado, sino imaginar posibilidades futuras por las que no desearíamos pasar o consecuencias de situaciones actuales que no desearíamos vivir.

La imaginación influye notablemente en el proceso de planificación para crear escenarios posibles, poder anticipar los posibles problemas y así poder prevenirlos. Es una habilidad vital importante. Mejorar nuestra habilidad para imaginar es útil, entre otras cosas, para afinar nuestra preocupación.

El futuro no es predecible así que ajustar la intensidad de la preocupación a la probabilidad de que nuestras predicciones sucedan, es una herramienta más para una preocupación efectiva.

En cualquier caso, sólo alguna de esas predicciones se hará realidad por lo que no tenemos que apilar los malos sentires relacionados con todas ellas…

Mi contacto +34 609 412 424 · maxi@sapiens.coach

Inspirado en metodología DBM® creada por John McWhirter.

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