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¡Aléjate de las personas tóxicas!

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MAY, 2017

Pero… ¿existen las personas tóxicas?

He aprendido a no dar por buenas de entrada las ideas que circulan y menos aún si se ponen de moda. Me gusta investigar cómo es su funcionamiento. Este es el caso de la idea de personas tóxicas de las que tanto se habla hoy en día.

Tengo alguna idea sobre toxicidad. Simplificando, un producto es tóxico cuando resulta nocivo para un organismo.

Algunos elementos indispensables para la vida humana son dañinos a partir de un determinado nivel. Respirar oxígeno puro durante un tiempo determinado, resulta tóxico y lo mismo ocurre si bebes agua en exceso.

Por el contrario, algunos venenos aparentemente universales en función de la dosis, son fuente de vida para algunos organismos. Hay bacterias que se alimentan de cianuro y más recientemente se descubrieron otras que se alimentan de arsénico.

La toxicidad no forma parte intrínseca de la naturaleza del producto sino de la relación con un organismo, su tolerancia. Esta idea implica que los venenos no existen de manera aislada, necesitan de la interacción con un organismo susceptible. Más claro, ¡no existe tóxico sin víctima!

Investigando las conductas de aquellas personas llamadas “tóxicas”, encuentro lo siguiente: se quejan continuamente, son pesimistas, van de víctimas, sólo hablan de sí mismas, son manipuladores…

Aunque me encuentro con frecuencia con personas que adolecen de alguna de estas características, no imagino de qué manera pueden resultarme tóxicas.

Los venenos no existen de manera aislada, necesitan de la interacción con un organismo susceptible. Más claro, ¡no existe tóxico sin víctima!

Si lo investigo, me encuentro con los siguientes mecanismos:

  • Te parasitan emocionalmente: podría describirte perfectamente el mecanismo que utiliza una garrapata cuando parasita a un perro, pero con esta idea tengo dificultades. ¿poseen algún tipo de aguijón o similar?
  • Te transmiten energía negativa. Con esta también tengo mis dudas. ¿Poseemos energías de diferentes tipos en nuestro cuerpo? Y de ser así ¿cómo tiene lugar esa transmisión?

No se trata de una manera muy descriptiva de hacer alusión al tema: vampirismo psicológico, chupadores de energía, chupadores de sangre…

Son metáforas para abordar la cuestión, sin embargo, hay personas que las consideran reales y desde esa perspectiva es muy difícil comprender a fondo el asunto. Quizás por eso la reincidencia sea una constante, tanto para la persona tóxica como para la víctima. Si no sabes cómo ocurre, difícilmente podrás solucionarlo.

Lo que yo encuentro en esta interacción son personas intentando conseguir cubrir sus necesidades.

La persona “tóxica” lo hace ejerciendo una influencia negativa en el otro, manipulando a la “víctima”. Si quieres cambiarlo, tomar conciencia de esto te permitiría investigar en qué te basas para cubrir tus necesidades manipulando a los demás. Podrías intentar cambiar o explorar otras maneras para conseguir lo que pretendes.

La víctima, por duro que parezca, también estará cubriendo alguna de sus necesidades, si no saldría del sistema. La mayoría de las veces se activa un sentimiento de culpabilidad y miedo. Esto resalta una necesidad básica de seguridad, puedo vivir con esto, pero con la culpa…

Tengo sobradas evidencias de ello y es algo que al menos de manera inconsciente conoce y explota la persona “tóxica”.

Esta manera de ver las cosas, se centra más en la dinámica de esta relación, que en los patrones de conducta aislados. Como con las sustancias químicas, no hay persona tóxica sin su víctima. Se establece una relación de dependencia y este tipo de relaciones suelen operar en ambas direcciones.

La recomendación general de los expertos para la víctima es alejarse. No es la táctica que por sí sola más aprendizaje conlleve, quizás por ello haya reincidencia.

Si en esa forma de relacionarte cubres alguna necesidad y huyes, es probable que tengas tendencia al mismo tipo de relación. Si entiendes esto, es más probable que aprendas a relacionarte de manera diferente.

El mundo de la ayuda, de manera bien intencionada, sitúa fuera de nosotros el origen de nuestros problemas. Eso vende más porque te exime de tu responsabilidad y para algunas personas supone un alivio. Para mí el verdadero alivio consiste en tener el control y responsabilidad de las situaciones para poder gestionarlas con efectividad.

Inspirado en metodología DBM® creada por John McWhirter.

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